Por Roberto Tassara
Los riesgos del timbreo, la desconfianza de los votantes aún indecisos y la necesidad oficialista de convencer a quienes temen que Cambiemos sea un retorno a los 90, inspiraron las definiciones de la precandidata a senadora nacional Gladys González, en una entrevista con el diario "Crónica".
La joven postulante a representar a la provincia de Buenos Aires en la Cámara Alta del Congreso dijo no haber temido agresiones en la campaña, pese a recorrer distritos emblemáticos del peronismo, "porque la agresividad no viene de la gente, sino de algunos militantes. Yo he recorrido los barrios pobres en otras campañas y la gente no es violenta, puede disentir pero no agrede".
Con experiencia como diputada nacional, ahora Gladys asume la posibilidad de ingresar al Senado, un cuerpo integrado por mayoría de políticos de larga experiencia, donde su presencia marcaría una renovación generacional. "Yo he compartido la Cámara Baja con diputados que venían de antes y con otros recién llegados, como De Vido y Kicillof. No creo que la edad ni las diferentes experiencias sean algo relevante", evaluó la postulante, politóloga de 44 años, católica y opositora a despenalizar el aborto.
"El desafío pasa por las prioridades bonaerenses, el narcotráfico, las mafias y la pobreza que ha heredado la gestión de María Eugenia Vidal", señaló. "Es cierto que hay gente que todavía no está convencida de los beneficios de haber cambiado el rumbo, de dejar atrás el populismo como solución de corto alcance, pan para hoy y hambre para mañana", admitió.
Según la precandidata, que desempeñó varios cargos en la gestión porteña de Mauricio Macri y fue hasta el inicio de la presente campaña directora de la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, "se entiende que haya gente desconfiada porque fueron décadas de falsas promesas, de obras que no se hicieron, de corrupción y de avance del narcotráfico, pero hoy hay un gobierno que empieza por decir la verdad, que mira a la gente a los ojos y les pide que no aflojen, porque vamos por el buen camino".
Por último, reconoció que "2016 fue duro, porque transitamos la recesión y la salida del cepo cambiario; en 2017 venimos creciendo de manera permanente en sectores como construcción, industria automotriz y producción agropecuaria, y esta tendencia está consolidada, no son signos aislados de recuperación sino anticipos de lo que viene".