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En una entrevista concedida al canal C5N en la unidad penal 46 de San Martín, Farré (54) habló por primera vez desde que se produjo el crimen y a tres días de la sentencia a la pena máxima que le dictó un jurado popular en los tribunales de San Isidro por el asesinato de Claudia Schaefer (44).

"Me lo esperaba, no sentí ninguna sorpresa, era una situación que tenía que afrontar. Cuando di mis últimas palabras tuve un pensamiento que no lo hice, que fue pedirle al jurado que me dé cadena perpetua, pedirle al juez algo que no hay en Argentina que es pena de muerte, por silla eléctrica o colgado sea en la 9 de julio o en el mástil de San Isidro”, afirmó el ex gerente de una empresa internacional de cosméticos.

Según Farré, tuvo esa idea porque “había tomando conciencia de lo que había hecho, que ya estaba condenado por la sociedad, por el jurado y para que eso sirva para que no haya más muertes innecesarias de mujeres, de madres, para que no haya femicidios, violencia familiar”.

"Si esto repara en algo, estoy dispuesto a hacerlo, si sirve de algo para la sociedad que vi que se sintió muy ofendida y para mi familia y para el recuerdo de Claudia y mis hijos”, agregó.

Farré afirmó que, antes del crimen, se quiso suicidar en dos ocasiones, una tirándose de una terraza y otra de un balcón, y que quien lo impidió fue su ex mujer, a la que se refirió como “la madre de mis hijos, mi compañera de 17 años, 15 de casados y dos de novio”.

"Evidentemente el asesino fui yo, la víctima es ella, nuestros hijos, los familiares de ella y mis familiares, la sociedad y yo que soy el culpable”, sostuvo el ex ejecutivo, aunque aclaró que también se sentía “víctima” de esta situación.

Al respecto, señaló, sin quebrarse en ningún momento, que “una persona que mata todo lo que más quiere en su vida para quedarse preso es un acto irracional, es víctima de su propio acto” y remarcó que “si hubiera estado sano, eso no lo cometía”.

Farré, que actualmente estudia Sociología en la cárcel, repitió varias veces que para la época del crimen él estaba muy afectado porque había perdido su trabajo y que tenía muchos problemas de salud (taquicardia, ataques de pánico, sudoración nocturna), pero en ningún momento admitió que era violento, como lo revelaron audios que se escucharon en el juicio oral.

También señaló que tras el femicidio, él no habló durante un mes y medio de lo que había ocurrido y que tomó conciencia de lo sucedido al ver en televisión que decían que había matado a su mujer de 74 puñaladas.

"No me reconocí, me consideraba incapaz de darle setenta y cuatro puñaladas a alguien, a un perro, a un muñequito”, dijo el ex ejecutivo, quien también negó haber golpeado alguna vez a su esposa.

Siempre en el mismo tono, Farré aseguró que tenía “un sentimiento de arrepentimiento” porque mató a la madre de sus hijos y su esposa de 15 años, pero remarcó: “Estoy pagando las consecuencias”.

Con referencia al momento en que en el juicio mostraron fotos de la autopsia de Schaefer, dijo que las vio “horrorizado” y a la vez se sentía “extraño” porque no se sentía “autor de ese daño”.

"Se empezó a hablar mucho de golpes sevíticos, como para torturar, era como Hannibal Lecter que primero la hizo sufrir, la torturó y después el último golpe, degollarla”, sostuvo.

Sobre el momento del crimen, dijo que no tenía ningún recuerdo y cuestionó que la Fiscalía haya considerado que lo cometió “a sangre fría” porque, a su entender, “lo que ocurrió fue un acto a sangre caliente”.

"A sangre fría se mata por la espalda, en la nuca, con un sicario, sobre seguro, para que nadie lo vea, no delante de la madre y con dos abogados”, afirmó.

En la misma línea, manifestó que “la premeditación no existió” sino que hubo “un crimen brutal” y tras recordar que algunos testigos hablaron de que su ex mujer tenía una relación tras separarse, curiosamente reflexionó: “Nadie va a matar hoy en día a una mujer porque tenga un novio antes, durante o después del matrimonio, cada uno hace lo que quiere”.

Cuando le dijeron que él sí había asesinado a su ex esposa, respondió: “No sé porque la maté, entiendo que yo estaba enfermo”.

"Estoy convencido que no soy un femicida”, insistió Farré, que dijo que lo único que quiere es que sus hijos “tengan paz”.