El presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski, abrió este martes la histórica sesión del Senado que decidirá sobre la apertura del juicio político contra la suspendida mandataria Dilma Rousseff.

El titular de la Corte indicó al abrir la sesión que los senadores actuarán “con prudencia, conscientes de su grave responsabilidad con la nación brasileña”.

Lewandowski asumió esta mañana de martes la presidencia interina del Senado en reemplazo del titular de ese cuerpo, senador Renán Calheiros y permanecerá al frente del tribunal extraordinario durante el tiempo que dure el posible proceso de Rousseff.

El titular de la alta Corte expresó su compromiso con que los “señores y señoras senadores se pronuncien con la máxima libertad”, refirió ANSA. Previamente, el senador Antonio Anastasia, relator de la acusación a Dilma, y miembro del Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB), aliado del presidente interino Michel Temer, sentenció que “quedó demostrado que la presidenta violó principios sensibles de la Constitución”.

La semana pasada, la Comisión Especial de Impeachment, de 21 miembros, aprobó el parecer de Anastasia, que recomendó la apertura de un proceso contra Rousseff. "A mi juicio y de la Comisión Especial hay elementos suficientes para juzgar a la presidenta en el Senado”, sostuvo el legislador del PSDB al llegar al Palacio Legislativo.

Anastasia estimó que una vez abierto el proceso en el Plenario se prolongará “posiblemente hasta fines de agosto con la participación de senadores en contra y a favor” del juicio político. "Seguramente hoy tendremos una sesión intensa con las partes defendiendo sus puntos de vista, como corresponde”, concluyó.

Cada uno de los 81 senadores tendrá 10 minutos para exponer su posición, lo cual ya garantiza cerca de 14 horas de debates, y finalmente tanto la parte acusadora como la defensa dispondrán cada una de media hora para dirigirse al pleno.

Para que el informe que recomienda la destitución de Rousseff sea aprobado y el proceso avance a su última fase, en esta sesión será necesaria una mayoría simple entre los senadores presentes, que en caso de plena asistencia supondría 41 votos.

Si fuera así, el proceso llegará a su fase definitiva, en la que el pleno del Senado deberá volver a pronunciarse en una última votación, en la que la mandataria será despojada del mandato si así lo decide una mayoría calificada de 54 votos (dos tercios).

Esa última sesión sería convocada para fines de este mes y, en caso de llegarse a la destitución, el mandato que vence el 1 de enero de 2019 será completado por Temer, quien desde el pasado 12 de mayo sustituye a Rousseff en forma interina, al menos hasta que concluya el proceso.

Sin embargo, si Rousseff fuera absuelta, recuperará el poder y Temer deberá volver a ocupar la vicepresidencia, aunque su abierta enemistad con la mandataria, que lo acusa de “golpista”, puede llevar a su renuncia.