Ingenuo fanatismo corrupto.
Cuando una sociedad no se puede superar a sí misma, cuando a pesar de intentos esforzados de resolver sus problemáticas no lo logra, es porque algo afecta a su población.
Entonces se me ocurrió hacer referencias a tres tipos de comportamiento ciudadano.
El ingenuo: La palabra ingenuo es el término que empleamos con recurrencia para dar cuenta de aquel individuo que en su comportamiento no presenta malicia, ni segundas intenciones y que además se muestra bastante inocente en cuanto a la realización de alguna travesura o avivada. Es un individuo que suele aceptar sin reclamos, incluso, aquellas situaciones más incómodas, grotescas e increíbles, que en cualquier otra persona pueden desencadenar una venganza, un enojo o hasta un grito.
El fanático: El fanatismo supone una adhesión incondicional a una causa.
Una ceguera que produce el apasionamiento y que lleva a que se comporte, en ocasiones, de manera violenta e irracional. El fanático está convencido de que su idea es la mejor y la única válida, por lo que menosprecia las opiniones de los demás.
El corrupto: Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar).
La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica.
La corrupción política se refiere al mal uso del poder público para conseguir una ventaja ilegítima, generalmente de forma secreta y privada.
Ahora bien, vayamos a lo nuestro, un gobierno comunal que administra muy mal los recursos públicos y no quiere rendir cuenta a nadie, es sin duda sinónimo de corrupción, y si sumamos a esto a otro poder del estado como lo es el Concejo Deliberante, Órgano de contralor, que no consigue los números para investigar, también es sinónimo de corrupción.
Si ante semejante despilfarro existe un grupo de personas que lo apoyan sin que le importase las graves irregularidades que se cometen aunque sea en desmedro de la propia comunidad, es sinónimo de fanatismo.
Y si además otros tantos desconocen la situación y consideran que lo que sucede es normal, que pronto todo va a cambiar, es sinónimo de ingenuidad.
Por lo tanto ¡señoras y señores! por el análisis realizado no me queda más que decir que estamos en presencia de un gobierno corrupto sin control, con el apoyo de sus fanáticos y la participación ingenua de quienes sólo miran la realidad creyendo que pronto todo va a cambiar.
Del programa: Las cosas como son.
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