7 de mayo de 2016

Editorial: El desenlace

El estado de abandono por el que atraviesa hoy Empedrado está claramente determinado entre otras cosas por un gobierno municipal residuo de una manera particular de disponer los recursos públicos, prácticas que hoy se puede ver en la televisión de una forma sorprendente.

Tarde o temprano la verdad sale a la luz, ya sea porque las instituciones funcionan, por algún arrepentido o tal vez  simplemente porque a Dios no le gusta la mentira.

Hacerse cargo de esta situación no es tarea sencilla,  para nadie, pero las responsabilidades están también claramente determinadas, principalmente para aquellos que el estado les dio por medio del voto popular una misión, la de trabajar por el bien común.

No se puede hablar solamente de una mala gestión de un Poder Ejecutivo, sin pensar en los Poderes restantes, el Legislativo y Judicial. Así funciona una República. Y el juicio Político es una herramienta poco deseable pero fundamental para poner Orden y encausar las políticas públicas cuando se altera los derechos básicos de una sociedad.

Claramente hoy, y hace mucho tiempo que a Empedrado no le va bien en su afán de progreso, el Poder Ejecutivo está “ausente”, es entonces donde se torna interesante el  Juicio Político.

El Juicio Político para mí  tiene dos caras, la del juicio donde el Concejal pasa a juzgar, y el político, en el cual el Edil debe encontrar su lugar como dirigente y  funcionario en la sociedad. El secreto está en encausar estas dos palabras en una frase, un juicio con alto contenido Político, oportunidad única a mi entender de reivindicar el rol que debe desempeñar “El Político”, o acaso no es desde la política donde se debe fomentar lo ético y legal. No comprendo a los que piensan y consideran la política el “Arte de lo Imposile” habilitando todo tipo de prácticas sin importar justamente lo ético y legal. Un juicio político debiera ser una posibilidad de demostrar que se quiere buscar el bienestar general, de reforzar el Orden Constitucional, de asumir responsabilidades sin especular.

Este proceso está llegando a su fin, los concejales deberán decidir ahora y  en última instancia si la gestión del Dr. Daniel Mieres merece una revalidación  popular, de eso se trata, y nadie del Legislativo podrá escapar al hecho de decidir si Empedrado está o no medianamente encausada desde lo Social- Político-Institucional, y si la Gestión actual cometió o no actos de corrupción.  Su obligación es decidir lo antes posible el destino Institucional del Municipio, con fundamentos que expliquen claramente su posición, ya sea este en contra o a favor.

El desenlace está cerca, en el juicio político sólo hay dos posibilidades, que los concejales encuentren culpabilidad en el desempeño del  Intendente o consideren a este libre de culpa y cargo. El desenlace es inevitable y pondrá  a una parte importante de la dirigencia política en uno de los roles  más trascendente en la democracia, el de juzgar la ejecución de  las políticas públicas y el cumplimiento de las leyes de una comuna.

El desenlace pondrá más que nunca a cada uno de los concejales en un lugar preponderante, sabrán ellos la decisión que deban tomar, la carta orgánica los obliga a estar presente en la sesión  y la ciudadanía exige fundamentación, presencia y argumentos en el recinto del concejo es lo que Empedrado espera en este último tramo del Juicio Político.


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